sábado, 21 de enero de 2012

Reserva Nacional de Paracas

por Agustin Quesada

Ayer un día especial, uno más. Durante el desayuno con los guardaparques voluntarios de la Reserva Nacional de Paracas comenzamos a contar con Diego de nuestras observaciones geológicas en Playa La Mina. Sebastián muy ocupado juntando arena con su compañera Belén  en el camping de Lagunillas, no fue parte esta vez plenamente del asunto.



Volviendo al desayuno, mates por nuestro lado, y una bebida licuada de Quinoa y tortillas de arroz por parte de ellos, surgió la idea de hacer una conversación por la tarde para los voluntarios acerca de nuestras especialidad. Aceptamos gustosos y pusimos nuestro día en función del mencionado encuentro a concretarse a la tardecita en las instalaciones del Centro de Visitantes.  No obstante cumplimos con visitar la parte sur de la reserva, ahora si junto a Sebastián y Belén. En Laguna Grande encontramos pescadores y más pescadores y sus familias. Tres niñas de Ica que vacacionaban junto a su familia de Rancheríos, fueron nuestras guías. Comenzaron a interesarse por nosotros, si éramos solteros, que por cuánto tiempo nos quedábamos, que cuando volvíamos. De repente en el medio de un día académico, las tres niñas de 13, 14 y 15 años buscaban nuestro amor. Como viviendo un cuento de chicos y de grandes, de forma  agradable y con profundo respeto las niñas nos invitaron a caminar, prácticamente una invitación a conocerlas. Viviendo otro tiempo, uno en el que el amor no se elige tanto, si no que se encuentra, aunque a sabiendas de nuestras limitaciones, aceptamos el juego. Caminamos amistosamente por la playa. Los silencios se intercambiaban con sus dirigidas preguntas y nuestras evasivas respuestas. Creo que lo teníamos decidido desde un principio, ninguno se quedaría en Rancheríos a tener familia y vivir de pescador.  Luego de una despedida, cerveza para nosotros e Inca Kola para ellas saltamos al auto nuevamente para visitar algunos otros paraísos más. Estas playas desérticas no producen acostumbramiento,  se enmarcan en fabulosos acantilados, y visten sus pelicanos, parihuelas (flamencos), gaviotas, lobos marinos, ostreros y tantos otros invitados de lujo que fuimos conociendo en estos …..3 días o fueron 10 días? No recuerdo.


Llego la tardecita en un momento, buscamos la sala de reuniones y compartimos durante una hora y media nuestras conocimientos y nuestra forma de ver los paisajes con 5 voluntarios y dos guardaparques de público. Fue interesante. Entre el doctor y su vasto conocimiento en los temas de la historia antigua de la tierra y mis conceptos más playeros y de lenguaje didáctico, salimos aireosos mostrando fotos y rocas. Devolviendo en forma de capacitación geológica para los voluntarios, lo mucho que estamos aprendiendo a todo nivel por estas latitudes. E inesperadamente auspiciados por el Ministerio del Ambiente atreves del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) y de nuestro contacto de Marco Arena a esta altura más que un amigo un guía espiritual por el Perú.


1 comentario:

  1. Seba como te mandan al frente tus amigos...y que matadoreeeeeeeesss!!!

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