miércoles, 15 de febrero de 2012

Morenadas

Durante el mundial del 1978 en la sede de Mar del Plata, el equipo brasilero de futbol había llegado con una banda de al menos 500 músicos que tocaban interminablemente durante cada partido de la selección haciendo temblar el estadio y marcando el ritmo del juego. Ese cuento que podría haber sido de Fontanarrosa quedo en mis oídos de futbolista amateur resonando casi como una fantasía: Jugar al ritmo de una orquesta

La Canderlaría es una fiesta patronal muy afamada por sus bailes sin tregua que se hacen en Puno y que duran una semana en continuado. Uno de nuestros colaboradores no había dicho que esto es una de las cosas que merece la pena ser vividas y ahí nomás nos quedó latente La Candelaría.

Una vez en Puno, Luis Delgado, quien simpatizo con nuestro tatú traído desde El Plata nos invito al ensayo de su agrupación. Eran las 8 de la noche, hora clave, y el cielo postergaba todo con una copiosa lluvia, así escalamos las cinco cuadras hasta el parque. allí el agua había menguado, las fuertes pendientes drenan rápido y ya se escuchaba a la banda con mucho viento que rápidamente ponía toda la garra desde unas gradas y uno chicos empezaban a merodear una pelota en la canchita de cemento de al lado mientras el conjunto de baile unos 80 señores, mamachas, pibes y señoritas permanecían refugiado bajo los balcones de la vereda y en la tienda, calentando el cuerpito con alguna que otra espirituosa. Ese era la situación eran cuatro, y nosotros dos, tres contra tres sería el reto o el reto sería jugarlo a 3800 mts? nada importaba, no hubo muchas distracciones la banda seguía tocando y la pelota comenzó a rodar.

Pero aún no había sucedido lo mejor. Una vez disipadas las nubes, al menos momentáneamente las cholas de la agrupación “Rey Moreno San Antonio” empezaron a bajar al cemento como pidiendo que comiencen los acontecimientos que las habían llevado hasta el lugar. Los Kaporales, hombres y muchachos siempre más lerdos como en cualquier lugar del mundo, comenzaban a bajar las gradas. La banda seguía tocando, el partido de futbol ya había finalizado y ahora Las Morenadas se hicieron lugar.

Baile simple, que grupal se hace sentido, popular, donde los pequeñas variaciones de estilo son tan sutiles como desapercibidas para ojos extranjeros. Así paso el calentamiento con unas cuantas ruedas de pasos simple, y llego el coreagrafo a puro pito. Reto a todo el mundo y nos puso a trabajar, nos puso a ensayar la entrada al escenario. Esa noche aprendimos los pasos, esa noche fuimos Kaporales de la agrupación Rey Moreno San Antonio. Dado nuestro respetable desempeño bajo el son de los platillos y trompetas, probablemente todos nos esperarían al ensayo de la noche siguiente. Pero nunca llegaríamos, teníamos un compromiso ineludible con las rutas bolivianas, un compromiso casi tan grande como el que ahora sentimos por formar parte alguna vez en la vida de las morenadas durante La Candelaría en Puno, Perú.

Y la banda siguió tocando durante el partido y el ensayo. 

Las primeras bailarinas haciendo calentamiento bajo la atenta 
mirada del coreógrafo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Las islas flotantes de los Uros



Llegamos a Puno el 2 de febrero, día de inauguración de la fiesta de la Candelaria, que finalmente tendría lugar una semana más tarde.
Nos tomó un día recuperarnos de la hipoxia generada por la altura. A seba, constante del Geolat., le pegó por el vómito, mientras que a Diego, con fiebre y temblores... pero para eso existe una sustancia mágica... el ibuprofeno...  
Aprovechamos la ocasión para experimentar los mototaxis (toda una aventura...) y visitar las islas flotantes de los Uros.
Los uros son una etnia que se distribuye en los territorios de Bolivia y Perú. En el pasado ocuparon territorios más extensos que abarcaron incluso los valles interandinos de la cuenca del Pacífico inmediatos al Callao. Los uros de Perú habitan un grupo de islas flotantes cercanas a la bahía de Puno, en el lago Titicaca.
Según los estudios de Berastain, pertenecen al grupo de los Arawac, que se habrían instalado inicialmente en las márgenes del lago Uru-Uru (actual ciudad de Oruro). Con el tiempo, fueron perdiendo la pureza étnica, mezclándose con los quechuas y con los aymaras, habitantes de las márgenes del lago Titicaca. Los habitantes actuales de las islas flotantes todavía practican algunas de sus tradiciones ancestrales, pero con significativa influencia aymara.
La influencia puede notarse entre otras cosas, por la adopcíon del aymara como lengua materna.

-         Islas flotantes de los Uros, se escuchaba en el puerto. Islas flotantes de los Uros...
-         Cuanto sale?
-         Diez soles, amigos. Media hora de ida, media hora de vuelta y una hora visitando las islas, amigos.

Naturalmente, ni bien pagamos la lancha, apareció el representante de los Uros, que nos cobró un adicional de cinco soles por persona.

La lancha, Carisma, tenía por delante poco tiempo de vida. Pero nos llevo lentamente por el Titicaca hasta las aguas de los Uros. El capitan nos comentó que de las 65 islas solo se visitan 2, hecho que quedó desmentido por si solo cuando arrivamos.

Allí el presidente de la isla nos contó que la base de las islas se construyen con las raices de los juncos, que traen de muy lejos, sobre las que apilan de manera cruzada varios metros de juncos cortados.
Una vez teminada la explicación, tuvimos 20 min para recorrer las islas y comprar las artesanías de las 6 familias que habitaban la misma.

-         Bueno, amigos y amigas, ahora los invitamos a subir al “Mercedez Benz” para conocer la capital de los Uros.

Entre los canticos políglotas (¿?¿) de las mujeres y niños el capitan del Carisma nos contó:


-         Amigos, como les comentamos, esta embarcación fue constuida por las familias de la isla. Por eso amigos y amigas, les van a pedir una contribución de 8 soles amigos... entonces todo claro, amigos... si alguno se quiere quedar a dormir amigos, hay hoteles y lugares para comer, amigos. 

Continuamos nuestro viaje de 30 m hasta la capital de los Uros, llevados por dos de las mujeres remeras y tres chiquitos que cantaron en diferentes idiomas (¿?), entre los que se destacó el idioma argentino con una estrofa de la Zamba de Mi Esperanza... y por lo cual también se pidió colaboración...

La capital de los Uros es una isla de dimensiones similares a las otras, con varios lugares que sirven de comer, almacencitos, un hotel y venta de artesanías... Pasado un largo tiempo, y visto que se veía una tormenta, los turistas locales comenzaron a subir a las lanchas, hasta que finalmente el Carisma zarpó de regreso a las costas de Puno.  


miércoles, 8 de febrero de 2012

Ollantaytambo


Los tambos (tampu, en voz quéchua) durante el Tahuantisuyu eran los depósitos para los alimentos de las cosechas, que podían servir además, como albergue para el Inca y su séquito cuando salían de Cuzco. Los había de menor categoría, que quedaban reservados para el resto de la comitiva estatal. Cada uno de estos tambos se encontraba cada 20 o 30 km sobre los caminos.
A orillas del río Patakancha, poco antes de su desembocadura en el caudaloso Urubamba, se encuentra lo que fue uno de estos tambos, Ollantaytambo. Es una de las pocas ciudades incas, si no la única, que es habitada hoy en día. Al caminar por las angostas y sinuosas calles se pueden apreciar las construcciones incas, caracterizadas por grandes piedras que encajan perfectamente unas con otras.  


En la parte alta de la montaña que la rodea se conservan andenes de cultivos, los que además contribuían a la estabilización de las laderas, disminuyendo el riesgo de avalanchas. El agua del río era canalizada y llevada hasta los andenes para su riego.



En este contexto encontramos nuevamente un restaurant donde servían menú. Menú significa que allí comen los locales una sopa y plato de segundo que puede ser pollo y bisteck o pescado, generalmente acompañado de ensalada y arroz o verduras y arroz. Nos servía Katy, una de estas señoritas peruanas que difícil saber es  si tienen 18 o 25 años. La tía de Katy era la dueña y daba las órdenes de cuantos platos quedaban por vender desde la cocina.



Una noche, tarde a la argentina, salimos a comer y frente a la desazón de encontrar todo cerrado golpeamos fuertemente a la puerta del restaurant ya con las puertas cerradas.
–NO HAY MASSS!!!- gritaron de adentro
-Ya, por favor no nos va a dejar sin comer.. - Grito algún no de nosotros.
-BUENO, PERO no hay sopa, solo SEGUNDO – sentenció.
Nos miramos y nos dio igual. Entramos, y al rato de servirnos el plato de comida (éramos los únicos) Katy, la madre de Katy y Carlos, el primo de Katy, se sentaron con nosotros a la mesa.

La tía comentaba que toda la ciudad estaba llena de oro enterrado por los incas, que incluso su padre trabajando arando la tierra como agricultor desenterró accidentalmente un lingote de oro y que con eso fue que compro toda una manzana del exclusivísimo Ollantaytambo. Luego el gobierno prohibió las excavaciones de los buscadores de oro para  proteger las construcciones.

Como si fuesen amigas Katy y la madre empezaron a hablar de historias de alemanes, gringos y negros, que según Katy, eran los preferidos de la madre. Pasaban los minutos y la oferta se empezó a hacer evidente, Katy se ofrecía para casarse y poner una hosterìa en la cual ella se encargaría de todo y alguno de nosotros gozaría de la buena vida para siempre.

La oferta era tentadora, pero Katy de quién también dudábamos si estaba embarazada o no… nos puso a dudar y luego de unas cuantas cervezas más el primo de Katy aceptando que no íbamos a picar del anzuelo, nos llevo a pasear por las callecitas de los incas y algunos bares locales.

Lamentablemente no tenemos fotos de Katy y su tía, pero remediar la situación los dejamos con algunas buenas instantáneas de Ollantaytambo.







martes, 7 de febrero de 2012

Otra historia de huaycos o "volcanes", pero ahora en Purmamarca



Nos quedamos con tantas ganas de publicar la noticia del Huayco del caminio del inca, que a nuestro camino la montaña se volvió a derrumbar en la Quebrada de Humahuaca a la altura de Purmamarca, y esta vez  no la dejamos pasar.  El norte de Jujuy sigue incomunicado y nosotros 

LO INFORMAMOS...


lunes, 6 de febrero de 2012

Tres días al lado del Inka

Por Agustín Quesada


Seguimos a pie las vías del tren, desde Ollantaytambo por algo más de 22 km. En el camino hicimos noche en un puesto de control, y mientras el guardaparque saboreaba una exquisito guiso de Sebastián, nos comentaba que los Incas debieron haber imitado a las cuquis, hormigas extragrandes que se encuentran por el lugar con algunas capacidades organizativas particulares, como las de cruzar ríos agarrándose unas con otras en cadena formando un puente de hormigas para luego el resto cruzar por arriba. Además las cuquis guerreras velan a las obreras que trabajan día a día de a cientos o miles. Todo para mantener y hacer crecer a la colonia.


Y luego llegamos a aguas calientes y empezamos a subir escalones. Ya de arranque no más con las piernas en estado dudoso de la caminata anterior, hicimos los primeros pasos para subir también a pie a la ciudadela


Y otro escalón

Luego de descansar en aguas calientes, emprendimos la marcha en el mismo despertar de un día brumoso, eran algo de las 5.30 am, algunos pasos que había que dar era para gigantes.


Y otro escalón

Y las magnificencia del lugar elegido para la ciudadela entre escarpadas crestas graníticas hace pensar en la estrategia, nada al azar, de dominar. Quien otro sino los que están arriba son los señores.

Y otro escalón

Y llegamos a la ciudadela de Machu Picchu, ganándole al día, destruidos, con necesidad de siestas. Y las cosas más claras que nunca, nada de misterios, aquello es una urbe, con sus plazas, sus tierras de cultivos, sus lugares de almacenes, su villa obrera, su barrio acomodado para el señorío y la Panaca, o familia de los nobles.



Y otro escalón

Y me veo vulnerable casi sin aliento, casi espero rendido que del otro lado de alguna de las pequeñas puertas trapezoidales o murallas salga El Inca y me cante las 40. Hablo por adentro con él y le pido permiso, en realidad haber subido a pie era la forma de hacerlo.




Y otro escalón


En la ruta al Waynapicchu, cima anexa a la ciudadela desde donde esta se puede ver sin igual y sigo pensando en lo regalados que estamos, y más cuando nos damos cuanto que estamos subiendo a la cumbre sin absolutamente nada de agua.  Pero el agua es un elemento tan sutil, que en ocasiones hasta de las rocas puede beberse, es así como encontramos ningún arroyo, como nos habían advertido, pero si algunas goteras que recibimos como un regalo absorbiendo las aguas de las entrañas.


Y otro escalón

Para llegar hasta lo más alto, pero antes, la última prueba una las escalinatas se adentraban en una cueva de rocas tan pequeña que un solo hombre entraba haciendo acrobacias debía dar 8 exactos pasos para salir y pensaba que pasaría si ahora sí me recibiese a mi torpe salida El Inca, pienso y no me decido si me daría garrote por atreverme a llegar hasta ahí o me estiraría la mano para ayudarme a salir. Por suerte esta Diego con una mano para sacarme la mochila de encima y ayudarme a continuar.


Y otro escalón

Y Ahora sí la cumbre del Waynapicchu que curiosamente no fue como otras cumbres, no hubo vértigo, no hubo grandes emociones, la lección era evidente, no hay llegada, el camino es lo importante y por eso.

Otro escalón

Pero ahora en bajada que dan respiro a los pulmones pero agarrotan las piernas y muelen las rodillas. Para continuar con la lección del camino, no todo era bajada, muchas subidas y bajadas más nos esperarían hasta poder regresar a la ciudadela.


Y otro escalón


Y nos falta descender de la ciudadela mientras nosotros los hacemos despacio uno por uno, una chasqui moderna nos pasa por al lado enseñándonos como se hace: la niña de unos 9 años, que seguramente bajaba a buscar algo para volver a subir con su madre que vendía algo de comer arriba, bajaba corriendo, saltando usando una sola piedra por escalón usando las manos en alto para hacer equilibrio, y volando suavemente entre la selva desaparece. Nos decidimos a imitarla y no se si fue la solución para nuestras rodillas pero si antes de darnos cuenta estábamos al nivel del río Urubamba listos para seguir el camino.

viernes, 3 de febrero de 2012

Un Huayco destruye vivienda y deja varados a miles de turistas en el camino a Machu Pichu (Macchu Picchu)


Abanico en el que se desarrolló el huayco del 27 de enero de 2012.

Durante la medianoche del viernes 27 de enero un flujo de rocas y barro se precipitó de la ladera del nevado de La Verónica hacia el valle del río Urubamba a la altura del km 91.200 de las vías del tren a Machu Pichu. El costo económico ambiental de este evento dejó como resultado algunas construcciones arrasadas y el trastorno de miles de turistas que vieron interrumpidos por un día y medio los servicios de trenes de las empresas PeruRail e InkaRail. Durante el día domingo luego de arduas tareas de limpieza pudo rehabilitarse el servicio de trenes.Con el apoyo de guardaparques del SERNANP los geólogos del Geolatinamericantour arribaron al sitio y encontraron una minka de trabajo comunitario abocado a la reconstrucción y mantenimiento de senderos vecinales interrumpidos por los más de ocho ríos de barro que llegaron hasta la parte baja del valle.


Este flujo de detritos o huayco, en voz quechua, es común en la zona durante el mes de enero dado que las intensas lluvias favorecen el desprendimientos tierras y rocas arrastradas luego por la fuerte pendiente de la montañas en el valle del río Urubamba.

Afortunadamente en esta ocasión, explican los geólogos, los bloques de piedra más grandes quedaron trabados a media altura por otras piedras de mayor tamaño caídas en antiguos huaycos o avalanchas. Esto provocó que el flujo de detritos se dividiera en varias arterías perdiendo fuerza al llegar a la costa del río, donde se encuentran las vías y construcciones de pobladores rurales.

Caserío arrasado por el huayco.

La familia de Santiestevez posee en la zona afectada varias construcciones en adobe y madera las cuales fueron arrasadas total o parcialmente por el huayco. Eber, integrante del clan familiar se mostró interesado en los estudios y solicitó ayuda prestando algunas declaraciones.



Eber declaró también que el rugir de las piedras duró al menos media hora y que ellos se escaparon a medianoche en dirección sur a través de un túnel del ferrocarril hacia un seguro valle colindante. Asimismo los vecinos del lugar estaban aguardando la visita del alcalde del distrito de Machu Pichu quien se acerco al lugar durante el mediodía del día martes 31 de enero.
Por su parte los geólogos subieron hasta los 2800 msnm para observar la zona de arranque del huayco  y las zonas seguras para la reubicación de los habitantes afectados y posibles futuros asentamientos humanos en la zona.

Ápice del abanico, por donde se encausó el huayco (flujo de detritos)

Sin embargo, ni bien bajaron determinaron que toda la parte inferior del abanico es riesgosa y que es evidente que en esa parte de la montaña se suscitaran nuevos flujos de detritos. Los geólogos tomaron fotos de líquenes instalados sobre antiguos huaycos intentar determinar la recurrencia de estos flujos en la zona. Asimismo se mostraron asombrados por la tecnología prehispánica en la zona y aseguran, de forma comparativa con el presente, que la construcción y mantenimiento de terrazas y andenes cultivo así como la construcción en altura de las viviendas y depósitos podría ser una solución viable a la problemática actual de los habitantes del lugar. No obstante advierten que para habitar la zona baja serán necesarias obras de ingeniería geológica y prometieron que los resultados de sus trabajos serán publicados próximamente en revistas especializadas.

Ruinas incas establecidas en antiguos abanicos, que constituían terrazas inactivas.

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sábado, 28 de enero de 2012

Nor Yauyos Cochas, de lo que Visa ni Mastercard nunca pudieron comprar

Salimos de Lima la mañana del martes 24. Salimos con rumbo sur, hasta Cañete, para girar luego hacia el este y seguir por más de 150 km el curso del río del mismo nombre. Siempre bajo la guía y tutela de Marco, nos proponíamos llegar a la reserva Nor Yauyos Cochas.



Después de unas cuantas horas de viaje empezaba un camino bien angosto que sólo permitía el paso de un carro por vez. El uso del claxon era obligado a la entrada de cada curva.
Pero el asunto es que llegamos a Tinco Alis (“tinco” es confluencia en quéchua), la intersección del Río Alis con el Cañete, donde nos esperaba Fidel en uno de los puestos de guardaparques. Le hicimos un lugarcito en el tatú, amante de la cinta gris, y subimos hasta el pueblo mismo de Alis, un pequeño caserío de unos 300 habitantes, encajado entre las imponentes paredes que dejó el río Alis al excavar su cauce en las calizas del Cretácico.
Raul Crispín fue el segundo guardaparque que conocimos y en su propia casa. Se recuperaba de un grave accidente. Había caído con su carro al río Alis y, luego de ser arrastrado unos metros, permaneció en el agua unas tres horas hasta que fue rescatado por alguien que por ahí pasaba. Desde atrás del tabique que dividía el humilde living-comedor con la cocina, apareció su señora con unos cafés y unos panes con queso del lugar que acompañaron la charla en la que además, organizamos la travesía y recorrida por la reserva del día siguiente. Pero hasta las 8 p.m., pues llegaba la curandera de Raúl…

La Reserva Nor Yauyos Cochas es una reserva particular ya que lo que busca preservar es la intervención del hombre sobre la naturaleza, en este caso, las terrazas o andenes de cultivo. La mayoría de ellos son preincaicos y muchos son todavía utilizados para los cultivos.

A las 7 llegaría dientes de lata desde …. Salimos rumbo a Laraos, otro pequeño pueblo rodeado de andenes cultivados que alcanzan una superficie de unas 500 has, sobre unas laderas muy escarpadas. Desde el primer momento en que se entra en la reserva impresiona ver cómo estos andenes han sido construidos en las partes más altas de la montaña, a más de 3500 msnm.



En Laraos ya se nos unieron dos guardarparques más para rumbear hacia la laguna Pumacocha. Pero no sin antes tomarnos un desayuno bien buenazo de sopa verde, acompañado por su tasa de te y un sándwich de huevo frito. Desayunamos siete personas por 16 soles… unos $25.


Poco antes de llegar, en el camino, nos detuvimos en una de las cavernas más profundas de Sudamérica. Según contaban, posee más de 700 m… Y al poco de seguir andando, ellos con sus motos, nosotros con tatú, llegamos a la laguna con forma de puma (“cocha”, laguna en quéchua). Como allí se desarrolla una piscigranja para la cría de truchas, está permitido pescar. Varios nos embarcamos, con caña y algunas líneas. Al rato Salió la primera y enseguida Tito con la segunda. Un rato más y la punta de la caña se hundió en el agua. Un poco de pelea y apareció a un metro de profundidad una megatrucha… fueron más la emoción y la ambición de ver semejante pez fuera del agua, que al grito de “ayuda”, en vez de una red, aparecieron dos cámaras de fotos… la de Tito y la de Agus, a quien el pique no lo acompañaba del todo. El final es el que ya todos se imaginan…



Nos metimos los siete en una pequeña casita de barro, sin luz, dentro de la que casi no se veía del humo que largaba el fuego que cocinaba las truchas…


El resto no se puede contar, van solo los títulos…motos, pinturas rupestres, cascadas de ensueño…les dejamos algunas fotos.

Y eso sí, los guardparques de Nor Yauyos Cochas tampoco se salvaron al final del día de una nueva geo-charla a cargo del geolatinmaricantour team.





domingo, 22 de enero de 2012

La mar estaba serena

Punta Negra, 60 km al sur de lima. Olas, morros, mar tranquila, dicen el día de mar más tranquilo del año. Ayer recién llegados a la casa de mi amiga, Daniela y su pareja marcos, fuimos a la costa. Estaba atardeciendo y nos pusimos a subir una de las puntas donde marco había hecho una intervención plástica y quería tomarle una foto. La luz no era la adecuada, pero aparecieron las aves de los incas, los zarcilllos, unos bellos pájaros que parecieran tener cejas largas que se hacen aritos, de ahí el nombre zarcillos. 


Y luego nos provoco tirarnos a nadar. Bajamos escalando las piedras y a una altura razonable cada uno se tiro de clavado, sebas el baqueano, marco y yo. pufff el agua riquisima, casi tibia. Marcos como buen lugareño nadaba con brazadas cortas y se acercaba a la roca. -vengannn!!!- grito -vamos a la cueva. 



Empujados por una y otra ola, nos adentramos en una caverna. Al fondo entre la espuma aprecio una playita. Llegamos, hicimos pie, y de ahi se veía luz por la entrada de la caverna y las olas entrando y rompiendo, con el vertigo y la emocion no podía parar de transpirar. Volvimos al agua las olas nos sacaron para afuera y ahí nos mantuvimos flotando un rato en el mar las sonrisas no mermaban... marco se sumergió al fondo y trajo como prueba un erizo del mar. Nos lo puso en la mano y el peludito se movia una sensación por demás extraña. Seguimos nadando. Luego dijo que regresaba enseguida. Se acerco de nuevo a las rocas y como un buzo se sumergió para arrancar de las piedras unos moluscos gigantes, los chenques. Nos quedamos flotamos un rato mas hasta ver el atardecer de la bola roja sobre el agua. Llegamos a la casa hervimos los mariscos cosechados y se transformaron en la picadita de la cena. Asi pues un día especial ocurrió ayer. Uno más.




sábado, 21 de enero de 2012

Reserva Nacional de Paracas

por Agustin Quesada

Ayer un día especial, uno más. Durante el desayuno con los guardaparques voluntarios de la Reserva Nacional de Paracas comenzamos a contar con Diego de nuestras observaciones geológicas en Playa La Mina. Sebastián muy ocupado juntando arena con su compañera Belén  en el camping de Lagunillas, no fue parte esta vez plenamente del asunto.



Volviendo al desayuno, mates por nuestro lado, y una bebida licuada de Quinoa y tortillas de arroz por parte de ellos, surgió la idea de hacer una conversación por la tarde para los voluntarios acerca de nuestras especialidad. Aceptamos gustosos y pusimos nuestro día en función del mencionado encuentro a concretarse a la tardecita en las instalaciones del Centro de Visitantes.  No obstante cumplimos con visitar la parte sur de la reserva, ahora si junto a Sebastián y Belén. En Laguna Grande encontramos pescadores y más pescadores y sus familias. Tres niñas de Ica que vacacionaban junto a su familia de Rancheríos, fueron nuestras guías. Comenzaron a interesarse por nosotros, si éramos solteros, que por cuánto tiempo nos quedábamos, que cuando volvíamos. De repente en el medio de un día académico, las tres niñas de 13, 14 y 15 años buscaban nuestro amor. Como viviendo un cuento de chicos y de grandes, de forma  agradable y con profundo respeto las niñas nos invitaron a caminar, prácticamente una invitación a conocerlas. Viviendo otro tiempo, uno en el que el amor no se elige tanto, si no que se encuentra, aunque a sabiendas de nuestras limitaciones, aceptamos el juego. Caminamos amistosamente por la playa. Los silencios se intercambiaban con sus dirigidas preguntas y nuestras evasivas respuestas. Creo que lo teníamos decidido desde un principio, ninguno se quedaría en Rancheríos a tener familia y vivir de pescador.  Luego de una despedida, cerveza para nosotros e Inca Kola para ellas saltamos al auto nuevamente para visitar algunos otros paraísos más. Estas playas desérticas no producen acostumbramiento,  se enmarcan en fabulosos acantilados, y visten sus pelicanos, parihuelas (flamencos), gaviotas, lobos marinos, ostreros y tantos otros invitados de lujo que fuimos conociendo en estos …..3 días o fueron 10 días? No recuerdo.


Llego la tardecita en un momento, buscamos la sala de reuniones y compartimos durante una hora y media nuestras conocimientos y nuestra forma de ver los paisajes con 5 voluntarios y dos guardaparques de público. Fue interesante. Entre el doctor y su vasto conocimiento en los temas de la historia antigua de la tierra y mis conceptos más playeros y de lenguaje didáctico, salimos aireosos mostrando fotos y rocas. Devolviendo en forma de capacitación geológica para los voluntarios, lo mucho que estamos aprendiendo a todo nivel por estas latitudes. E inesperadamente auspiciados por el Ministerio del Ambiente atreves del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) y de nuestro contacto de Marco Arena a esta altura más que un amigo un guía espiritual por el Perú.


Valparaiso


por Agustín Quesada

“Aquí en chile es que somos el casco y la linterna en la mano” hablando del terremoto 2010.

En el preciso instante de perder la exactitud de la navegación mediante GPS empezamos a levantar la vista  doblar por las callecitas subir a los cerros y encontrar la primera sorpresa del viaje. Valpo, casas de barro forradas de chapas, al mejor estilo caminito se sostiene escalonadamente de las pendientes de roca. Que miran todas “al plan” y al puerto. Con estilo victoriano  reconocido como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, Valparaiso se convierte en un enclave sinigual de la bohemia y la mixtura. Pienso en la conquista del turismo que ultrajaron nuestros barrios de Palermo y San Telmo y parte de la boca y tantos otros lugares. Y hoy mientras camino cámara en mano y cerveza regional en la otra las calles asombrado y divertido, un pedacito de mi no puede dejar de pensar que hoy, soy uno más. Sin embargo apelo a tratar de hacerlo con conciencia a inmiscuirnos respetuosamente con su gente para que nos susurren al oído los cuentos y mensajes que nos quieran compartir.






En chile somos 16 millones de habitantes, somos apenas una muestra… fue una de las primeras frases cautivadoreas Cecilia, dueña del hostel Casas Viejas, Ingeniera retirada y una especie de guru para nosotros que nos permitirá descubrir en cada momento compartido la idiosincrasia de un país que según nos cuenta parece haber dado un giro, en el momento en el que estudiantado, los que menos miedo tienen y menos cosas por arriesgar le han demostrado a la sociedad que se puede hablar de igual a igual con los gobernantes de turno.  A lo ultimo nos regalo una entrevista de una hora como se diría a calzón quitado. 

Manual de cómo vivaquear en el desierto


Primero. Manejar full aire acondicionado en las soleadas altiplanicies del Atacama.
Segundo. Seguir manejando hasta algunos minutos antes de la puesta del sol.
Tercero. Elija un lugar desde donde observar la puesta del sol (cuidado al cruzar la autopista)
Cuarto. Apagar el aire acondicionado y seguir manejando acompañado de los estimulantes mates del dotor (el eximio copiloto).
Quinto. Cuando el conductor apoya manos y codos en el volante, cámbielo.
Sexto. Cuando el segundo conductor toma idéntica posición, comience la búsqueda de un lugar de pernocte al aire libre.
Séptimo. Para la búsqueda de un lugar adecuado en el hermano país de Chile aproveche la cuantiosa cartelería de los mini-sitios turísticos: ora geoglíficos, ora miradores.
Octavo. Obsérvese como ejemplo la noche del martes 10 cuando siendo aproximadamente la medianoche, el equipo encuentra un cartel azul brillante que rezaba “escultura”. Tomó un desvio por 500 metros hasta que encontró una mano en el desierto...
Noveno. Elija un lugar apropiado para poner la colchoneta dependiendo de la hora en la que desee ser despertado por los rayos del sol.


lunes, 16 de enero de 2012

El baquean se nos fue...


El mal de altura jugaba de local. El bochorno y la cerveza, una ensalada que cayó mal...
Luego de recuperarme, tras 20hs de sueño y descanso, improvisamos esta canción. Lugar: San Pedro de Atacama, Chile, 2500 msnm.